Facimoutreach P-779

Si es cierto que "Tú no tienes problemas", ¿no es imposible la liberación?

P-779: Actualmente estoy trabajando con la sección "Muchas clases de error; una sola corrección" (T.26.II). En esta sección Un Curso de Milagros dice lo que he estado pensando del Curso desde el principio, que desde la perspectiva del Espíritu Santo, es el ejercicio más irrelevante. Pero el ego podría sentirse atraído por el Curso por su deseo de "deshacer" el "pecado" y lograr la "liberación" de algo que él nunca hizo.

El pasaje al que me estoy refiriendo es este: «Para este único error, en cualquiera de sus formas, sólo hay una corrección. Es imposible perder, y creer lo contrario es un error. Tú no tienes problemas, aunque pienses que los tienes. Pero no podrías pensar que los tienes si los vieses desaparecer uno por uno (...)» (T.26.II.3.1-4).

Así que, ¿está el Curso tratando de azuzar al ego para que muerda glotonamente el "anzuelo" de sus ofertas, de manera que el ego sea sacado invariablemente de sus circunstancias naturales de vida, y así muera devorado por el gran espíritu del Uno? ¿Por qué tendría yo que querer hacer el Curso en absoluto, aparte de para echarme unas risas? ¿No es todo esto una broma del Espíritu Santo, jugando con la idea del "pecado" que fue hecha por nuestros egos, ofreciéndole al ego la resolución de sus "problemas" en forma de "liberación"? ¿No es la liberación imposible?

Respuesta: En realidad aciertas en tu observación final —la liberación es imposible en última instancia. Pues nada ha ocurrido en realidad y por lo tanto no hay nada de lo que realmente necesitemos liberarnos excepto de nuestras propias creencias erróneas —la separación nunca ocurrió. Y ese es el enunciado del principio de la Expiación, el cual se repite una y otra vez de diversas maneras a lo largo del Curso. Este principio es la base de la enseñanza del Curso sobre el perdón —«una ficción feliz» (C.3.2.1), «una ilusión [que], a diferencia de las demás ilusiones, nos aleja del error en vez de acercarnos a él» (C.3.1.3-4).

Pronto en el Texto, en el contexto de la idea del retorno —pero la podríamos sustituir con la misma facilidad por la palabra liberación—, Jesús dice: «El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difícil» (T.6.II.11.1-3).

Sin duda hay algo de verdad en la idea de que Jesús presenta su mensaje en el Curso de una manera que puede parecer atractiva para el ego —ofreciéndonos la liberación del dolor y del sufrimiento, y escaparnos de la culpa (por ejemplo, L.195.2). Y la mayoría de nosotros, cuando acabamos de llegar al Curso, nos sentimos atraídos por él porque pensamos que nos va a ayudar a llevar vidas más felices en el mundo, sanando nuestras relaciones con todas esas personas dificultosas de "ahí fuera" con las que tenemos que tratar. Para cuando comenzamos a entender cuál es realmente la intención de Jesús —ayudarnos a despertar del sueño en vez de convertirlo en un sueño mejor (T.29.IV.1)— es casi demasiado tarde para volver atrás. ¡Pues ya sabemos demasiado y estamos empezando a reconocer nuestro propio papel en todo eso!

Ahora bien, desde nuestra perspectiva como egos, puede parecer que Jesús está haciéndonos caer en una gigantesca trampa cósmica, la cual, al final, conducirá a nuestra desaparición/muerte/final. Pero nuestra percepción únicamente puede ser esa si seguimos identificándonos con este falso ser, el ego. La intención de Jesús es más bien ayudarnos a cambiar nuestra identificación desde el ego y su manifestación como un cuerpo, hasta nuestra identidad como una mente con el poder de elegir entre el juicio y el perdón en el sueño, y al final, hasta nuestra verdadera Identidad como espíritu. Y con este cambio ninguna pérdida es posible, puesto que estamos hablando sólo de la desaparición de las ilusiones.

Y por lo tanto una conclusión que sacas no puede pasarse por alto y debemos abordarla. Identificados con el ego, puede parecernos que el Espíritu Santo está jugando un juego con nosotros, manipulando símbolos ilusorios para seducirnos y atraernos hacia la aparente aniquilación del ser (o autoaniquilación), tal vez por algún retorcido sentido del humor. Pero eso significaría que de alguna manera nosotros podríamos ser víctimas de una mente externa a nosotros mismos que nos ve sólo como un medio para su propia diversión o entretenimiento. Y, una vez más, sólo podríamos ver la situación de esta manera si estamos identificados con el ego. Pues somos espíritu, aunque lo hemos olvidado. Y Jesús y el Espíritu Santo son sólo símbolos fabricados por nosotros mismos, disponibles para nosotros mientras sigamos creyendo que necesitamos ayuda de fuera de nosotros. La ayuda que Ellos representan es simplemente nuestra propia decisión de mentalidad-recta de desprendernos del ego y recordar Quién somos. No hay ninguna mente separada de la nuestra propia, ni un Jesús, ni un Espíritu Santo que haya desarrollado un plan para darnos el Curso y, o salvarnos, o jugar con nosotros. Somos nosotros mismos quienes nos hemos dado el Curso, pero hemos olvidado eso. Así que ese es el motivo de que podamos querer "hacer el Curso", porque la alternativa es seguir en la continua creencia egoica de la realidad del pecado, la culpa, el miedo y el dolor, los cuales son entonces nuestra experiencia. Pero si ya supiéramos que el mundo es una broma que nos estamos gastando a nosotros mismos (o un chiste que nos estamos contando a nosotros mismos), y nuestra única respuesta es reírnos de todo ello (T.27.VIII.6), ¡entonces ciertamente no necesitaríamos el Curso!

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions148.htm#Q779

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html