miércoles, 13 de julio de 2016

Facimoutreach P-743

¿Cómo puede Dios sentirse solo sin nosotros, si Él no sabe nada de nuestra existencia?

P-743: ¿Por qué dice el Texto que Dios se siente solo ((T.2.III.5.11; T.5.VII.4.5; T.7.VII.10.7)) si nosotros no compartimos la comunicación/creatividad con "él"? Yo pensaba que Dios ni siquiera sabe nada de este mundo de separación, ¿entonces cómo es posible que él se sienta solo? ¿Es esto, una vez más, un asunto relacionado con los dos niveles en los que está escrito Un Curso de Milagros? ¿Cuál nivel es el "real", y por qué deberíamos molestarnos con el nivel dos (el mundo de sueño)? ¿La petición de unirnos a Dios produce sentimientos de culpa en el ego? ¿Dice UCDM algo positivo de por qué estamos "aquí"?

Respuesta: El Curso utiliza metáforas, y a nivel de la forma contiene muchos pasajes contradictorios. Debido a eso no puede leerse y entenderse exclusivamente en un nivel intelectual. Su contenido y su amoroso mensaje de perdón sólo se pueden entender con la buena disposición de la mente que se abre a la verdad que el Curso refleja. La enseñanza del Curso de que el mundo es una ilusión y la separación nunca ocurrió se contradice aparentemente con el simple hecho de que el Curso mismo existe en la forma. Es evidente, entonces, que desde su comienzo el Curso adapta amorosamente su forma para que sea útil a la parte aterrorizada y agobiada-de-culpa de la mente del Hijo de Dios, quien cree que está irremediablemente perdido debido a su terrible pecado. De acuerdo con la lógica del ego, la culpa que sigue al "pecado" de la separación engendra un miedo tremendo al castigo de un Dios enfadado. Cuando el Curso nos dice que Dios llora y está solo sin nosotros (T.5.VII.4; T.2.III.5), el mensaje es que Él no es un Dios enfadado y vengativo, sino Uno que nos ama y nos echa de menos. Estas imágenes simbólicas son útiles para que nosotros seamos capaces de relacionarnos con el concepto de un padre amoroso, lo cual nos resulta más fácil que relacionarnos con la naturaleza abstracta de Dios. Tal como nos dice Jesús: «Ni siquiera puedes pensar en Dios sin imaginártelo en un cuerpo, o en alguna forma que creas reconocer» (T.18.VIII.1.7). Esta cita por sí sola explica las metáforas utilizadas en el Curso, así como los niveles de enseñanza. Puesto que creemos que estamos en el mundo, Jesús nos enseña desde nuestro nivel de experiencia. Al haber elegido identificarnos con el cuerpo, pensamos, actuamos y "razonamos" como cuerpos, por lo que el Curso llega a nosotros en una forma que podamos entender y utiliza numerosas metáforas, imágenes poéticas y símbolos para hablarnos del Amor que hemos negado y olvidado.

Desde la perspectiva del ego, todas las cosas provocan culpa. Su "vida" proviene de la idea de la separación y depende de la culpa que sigue para mantenerla. El ego interpreta la llamada para regresar a casa con Dios como una demostración de que la separación es real. El ego no acepta el mensaje real que nos dice que nunca hemos salido de nuestro hogar en Dios. Si el Curso se lee con el ego como intérprete, hay mucho material que puede usarse para infundir miedo e incrementar la culpa. Ese es el objetivo que tiene el ego para cada experiencia, y el Curso no es una excepción. De hecho, el Curso nos dice que esa es la manera en que el ego funciona: «Siempre que le hagas caso al ego experimentarás culpabilidad y temerás ser castigado» (T.5.V.3.6).

Sólo lo que es verdadero es "real". Puesto que «el mundo es una ilusión» (L.155.2.1), es decir, que no es real/verdadero, entonces todo lo que el mundo contiene tampoco es real, incluidos nosotros, como cuerpos. Es sólo nuestra creencia de que somos cuerpos en el mundo la que hace que el mundo sea necesario para que Alguien de fuera de la ilusión nos lleve con Él fuera de ella al comunicarse con nosotros en nuestro "nivel". La única razón por la que deberíamos molestarnos con el mundo, que fue hecho para mantenernos separados de Dios, es considerarlo como un aula para aprender el plan de estudios de perdón del Espíritu Santo. El Espíritu Santo necesita lo que hemos fabricado para llevarnos de regreso a Él, lo cual hace enseñándonos que no sólo nuestro mundo/cuerpo no nos hará felices, sino que además no es real. Así que la única cosa positiva que el Curso dice sobre nuestra aparente existencia en el mundo, es que es una ilusión que puede servir como un aula de aprendizaje. Jesús, comprendiendo lo que nosotros pensamos que es nuestra realidad y respetando amorosamente a la parte de nuestra propia mente que conoce lo contrario, nos brinda una respuesta llena de esperanza a la pregunta de por qué estamos aquí: «Nada de lo que los ojos del cuerpo parecen ver puede ser otra cosa que una forma de tentación [creer que la separación es real], ya que ese fue el propósito del cuerpo en sí. Hemos aprendido, no obstante, que el Espíritu Santo tiene otro uso para todas las ilusiones que tú has forjado, y por lo tanto ve en ellas otro propósito. Para el Espíritu Santo el mundo es un lugar en el que aprendes a perdonarte a ti mismo lo que consideras que son tus pecados. De acuerdo con esta percepción, la apariencia física de la tentación se convierte en el reconocimiento espiritual de la salvación» (L.64.2).

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions139.htm#Q743

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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