martes, 26 de julio de 2016

Facimoutreach P-880

¿Por qué nos conmocionaría descubrir que el sueño no es real?

P-880: En Un Curso de Milagros, Jesús afirma que estaríamos demasiado conmocionados y asustados al averiguar que no hay sueño en absoluto, por lo que la solución intermedia sería vivir un sueño "feliz" con actitudes positivas etc ((puede que se refiera a T.27.VII.13.4; o a algún pasaje similar a ese; es un miedo relacionado también con el temor a la revelación/reverencia, como se comenta en T.1.VII.5)). Me pregunto, ¿podemos estar conmocionados de averiguar que incluso el "sueño feliz" ha sido una ilusión, si no hay nada a lo que aferrarse o de lo que separarse? Si somos pura conciencia, ¿no debería ser la realización algo natural? Lo que se conmociona y se asusta tiene que ser todavía una parte del sueño.

Respuesta: Sí, el personaje asustado del sueño es parte de la ilusión, junto con la conciencia, el sueño feliz, el mundo real y el proceso del despertar. Esto se debe a que: «En la realidad, [la separación] nunca ocurrió» (M.2.2.8). Aunque estamos demasiado asustados para creerle, Jesús de hecho nos dice que no hay sueño (T.18.II.9.2) ((la cita anterior puede ser un poco fallida, pero realmente eso se da a entender en diversos lugares del Curso, por ejemplo en T.12.VI.5.4, L.68.2.1 o en L.132.6.2)), ni mundo (L.132.6.2), ni cuerpo (T.18.VII.3.1), ni ego (T.9.IV.5). Sin embargo, oír esto no nos frena de seguir creyendo en la existencia de todo el paquete, ni de seguir eligiendo activamente no creer en lo verdadero y natural. Jesús nos dice varias veces que no creemos su mensaje: «Quizá pienses que no necesitas un curso que, en última instancia, enseña que sólo la realidad es verdad. Pero ¿crees realmente esto? Cuando percibas el mundo real, reconocerás que no lo creías» (T.11.VIII.1.2-4). La única explicación para esta locura es que estamos demasiado asustados para aceptar el mensaje del Curso y despertar a la verdad. Cuando ya no tengamos miedo del amor y ya no nos dediquemos al especialismo del ego, será realmente natural despertar del sueño enteramente. Mientras tanto, tanto el apego al especialismo como el miedo de nuestra verdadera Identidad como el Hijo único de Dios mantienen el sueño muy real en nuestra experiencia.

Debido a que caer en el sueño de la separación fue una decisión, despertar requiere nuestra voluntad de tomar otra decisión. El hecho mismo de que elijamos seguir enganchados al sistema de pensamiento del ego es una sencilla demostración de que Jesús tiene razón sobre nuestro miedo a aceptar lo verdadero y natural. Nuestro miedo es tal que no sólo nos encogemos de miedo y nos ocultamos de la verdad, sino que nos oponemos muy activamente a ella: «Atacas el mundo real cada día, cada hora y cada minuto, y sin embargo te sorprendes de que no lo puedas ver» (T.12.VIII.1.3). De acuerdo con el pensamiento invertido del ego, nos hemos vuelto muy buenos en hacer lo innatural y evitar lo que es más natural, es decir, nuestra identidad como mentes con el poder de elegir. Sin embargo, con el fin de defender su decisión por lo innatural (el ego y el cuerpo), la mente, muy oportunamente, niega su propio poder y proyecta el pensamiento de separación, haciendo que parezca que los acontecimientos externos a la mente son la causa de la aparente existencia del cuerpo. Entonces la mente se asusta de lo natural, con el fin de apoyar aún más su creencia en lo innatural. Se ha identificado con el cuerpo y está aterrada por la posibilidad de ser destruida si acepta su verdadera identidad. Es por eso por lo que necesitamos el suave proceso del perdón que Jesús nos enseña en el Curso. Su mensaje fundamental es que nada externo a la mente tiene ningún efecto sobre ella, y que todas las cosas del sueño son el reflejo de una decisión en la mente. El objetivo es restaurar en la mente la conciencia de su poder de elegir, de modo que tome otra decisión, motivada por el dolor de haber elegido la separación. La culpa por haber tomado esta decisión es lo que mantiene al personaje del sueño en un profundo adormecimiento en el que la llamada a despertar apenas se oye vagamente de manera muy tenue y débil. Cada vez que estamos dispuestos a ver nuestros juicios contra los demás como la proyección de nuestra propia culpa por haber elegido al ego, aflojamos su agarre y disminuye el miedo. A medida que el miedo y la culpa se deshacen gradualmente de este modo, el sueño se ilumina y se convierte en un sueño feliz, hasta la consecución del mundo real que pondrá fin a todo soñar. Sólo entonces la ilusión de la separación será olvidada y el conocimiento de la unidad (nuestro estado natural) será restaurado.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions174.htm#Q880

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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