sábado, 16 de julio de 2016

Facimoutreach P-763

¿Podrías aclarar la naturaleza del Espíritu Santo y del ego, y la relación entre ellos?

P-763: Las siguientes dos preguntas abordan temas relacionados sobre el Espíritu Santo y el ego, de modo que serán contestadas juntas: 

1) Un Curso de Milagros afirma que, puesto que el ego y el Espíritu Santo son órdenes irreconciliables de la realidad, es imposible que conozcan la existencia el uno del otro. Ken se refiere a menudo al hecho de que el ego sólo es consciente de que existe un poder más grande que él ((T.4.II.8.8)): ese del "tomador de decisiones" para hacer una elección diferente. Sin embargo, eso implica que el ego es al menos consciente de que hay una alternativa a su sistema de pensamiento. Además, al relatar el mito del nacimiento del ego, Ken frecuentemente dice que el ego le implora al Hijo que no escuche la Voz del Espíritu Santo; que el ego argumenta que el Espíritu Santo es un "ángel vengador" enviado por Dios (otra entidad de la que el ego no puede ser consciente) para destruirnos. ¿Podrías aclarar la naturaleza de la "conciencia" del ego con relación al Espíritu Santo, y viceversa?

2) La sanadora americana Chris Griscom describe el Yo Superior en sus libros como "el megáfono del Alma", una especie de comunicador entre el "ego" y el alma. Me pregunto: ¿puede el Espíritu Santo del que el Curso habla ser equiparado con el Yo Superior, ya que "cierra la brecha" —como un Puente— entre Dios y el mundo del ego?

Respuesta: Para empezar, una aclaración. No es sólo que el ego y el Espíritu Santo sean "dos órdenes irreconciliables de la realidad". Desde la perspectiva del Curso, el Espíritu Santo representa el único orden de la realidad, mientras que el ego es un símbolo de la irrealidad. Son pensamientos mutuamente excluyentes y sólo uno —el Espíritu Santo— es verdadero (T.14.IX.2). Ahora bien, nuestra decisión de creer en el ego hace que el ego sea real para nosotros, así que a menudo el Curso nos habla como si el ego fuera real, pero sólo para ayudarnos a entrar en contacto con lo que creemos, con el fin de que podamos tomar una decisión diferente con respecto a esa creencia (T.4.VI.1; T.7.VIII.4.5-7).

Inherente al pensamiento del ego está la idea de alguna otra cosa que sí mismo (la idea de que ha de haber algo diferente al ego mismo). Pues el ego, como pensamiento de separación que es, para poder existir tiene que existir aparte de alguna otra cosa —que es de donde él vino (L.223.1). Y por lo tanto su misma identidad presupone que debe haber algo más que él mismo, algo de lo cual él está separado. Así que el ego tiene que contener en sí mismo un reconocimiento de que hay "una alternativa a su sistema de pensamiento".

Aunque la existencia del ego presupone que hay algo externo a sí mismo, para el ego es imposible tener ningún conocimiento o comprensión de lo que esa alternativa es, puesto que la existencia del ego depende de la negación de la alternativa (T.4.III.4.1-4; T.9.I.10.2-3,5; T.11.V.16.6-9). Así que, implícita en la ilusoria existencia del ego, está el pensamiento de que él existe a expensas de alguna otra cosa. La alternativa, entonces, sólo puede ser identificada como peligro, rechazo y venganza (represalia), pero la naturaleza de la alternativa no puede ser conocida en absoluto desde la perspectiva del ego (T.4.II.8.1-8). Así que aunque las defensas del ego incluyen invenciones sobre la naturaleza de Dios y del Espíritu Santo como dictadores crueles que buscan venganza, no puede conocer nada de la verdadera naturaleza de Ellos como el Amor todo-abarcador ((Dios)) y Su reflejo ((el Espíritu Santo)).

Debido a que el ego representa una "realidad" alternativa, implícita en su supuesta existencia está la noción de que su existencia depende indisolublemente de un ejercicio de decisión entre las alternativas (T.14.III.4; T.17.III.9). Y puesto que la elección está en la base de la frágil existencia del ego, el único verdadero miedo del ego es que el poder de decisión que ha ocasionado su aparente existencia puede también utilizarse para decidir contra su existencia. Esa es la única "amenaza" genuina que puede ser reconocida desde la perspectiva del ego.

El Espíritu Santo, por el contrario, es la idea/pensamiento de la corrección del ego, que simplemente afirma que no puede haber nada además de Dios, no puede haber ninguna alternativa a Dios (T.24.introd.2.8), que la separación nunca ocurrió (T.6.II.10.7-8). El Espíritu Santo, como el símbolo de la Unidad perfecta de Dios, viene dentro de un marco de referencia egoico, utilizando los símbolos del marco de referencia del ego, pero únicamente para enseñar que el ego no es real. Del Espíritu Santo puede decirse que es consciente del ego sólo en el sentido de que Él es la corrección del ego, pero esa corrección no presupone que el ego tenga ninguna realidad. La corrección es simplemente que el ego no es real (T.9.IV.5; T.9.V.2.1). Aunque la elección entre alternativas (sólo una de las cuales es real) parece ser real en nuestra mente dividida, podemos decir que el Espíritu Santo es la decisión en favor de la única Alternativa.

Ahora bien, una vez dicho todo esto, también se desprende claramente, de lo que el Curso dice del Espíritu Santo, que nosotros vamos a experimentar al Espíritu Santo como teniendo muchas funciones específicas, tales como Consolador (por ejemplo en T.11.III.1.1-2; 7.1-2), Guía (por ejemplo en T.14.III.14), Mediador (por ejemplo en T.5.III.7) y Maestro (por ejemplo en T.12.V.5,9). ((Tb. Sanador, como en T.5.I.4.2)) Estas son todas descripciones metafóricas que reflejan cómo vamos a traducir este símbolo abstracto del perfecto amor en formas específicas con las que nos podamos identificar y que puedan tranquilizarnos, mientras sigamos creyendo que estamos separados. Pero es importante reconocer que, desde dentro del marco metafísico del Curso, el Espíritu Santo no es el Puente entre Dios y el mundo del ego, sino que es más bien el Puente entre la mente dividida y la Mente única, desde la percepción hasta el conocimiento (por ejemplo T.5.III.1; L.96.8.3). Ahora bien, puede que experimentemos al Espíritu Santo como que nos estuviera comunicando ideas y pensamientos concretos, pero estos sólo serían nuestra propia transformación ((traducción)) de la corrección que hace el Espíritu Santo del sistema de pensamiento del ego en una forma que estamos listos para aceptar con el fin de experimentar el amor. Por lo tanto, puesto que estas funciones son sólo metafóricas en el Curso, no sería exacto equiparar al Espíritu Santo del Curso con el Yo Superior de otras enseñanzas espirituales, que operan desde la premisa de que el mundo es real.

((Una reflexión final: Como lo importante no son las palabras —la forma— sino las ideas —el contenido—, en cuanto al "Yo Superior", estas palabras podemos considerarlas diferentes al Espíritu Santo o como equivalentes al Espíritu Santo, dependiendo de a qué nos estemos refiriendo exactamente con ellas. Por este motivo, aunque aquí Kenneth Wapnick ha señalado la diferencia entre el Espíritu Santo y el Yo Superior, esto es debido a que ha contrastado el Espíritu Santo entendido desde el Curso, con el Yo Superior entendido desde "otras enseñanzas espirituales", así y todo otros podrían usar esos términos de modo diferente, por ejemplo Gary Renard identificó de manera muy flexible al Espíritu Santo con el Yo Superior y con Cristo, en su libro "La desaparición del universo". Esto puede hacerse si se considera al "Yo Superior" desde una diferente perspectiva (afín al Curso), para enfatizar que el Espíritu Santo no es una entidad externa a nosotros, sino nuestra propia lucidez interior. Como complemento final, incluyo las dos veces en que Gary cita al Yo Superior en ese libro. La primera cita está en las primeras páginas del capítulo 5 (pág. 186 en mi ejemplar, pero las diversas ediciones difieren en la numeración de la página), titulado "El plan del ego", donde Gary dice: «(...) Cuando digo que el Espíritu Santo gobernará mi mente inconsciente, recuerdo que en realidad Él es yo, sólo que Él es mi Yo Superior, o Cristo, o también podría decir la Verdad». Y la otra cita de ese libro donde se menciona el Yo Superior está muy al principio —uno de los primeros párrafos (pág. 256 en mi ejemplar)— del capítulo 7 titulado "La ley del perdón", donde Gary dice: «Sabía a estas alturas que mi Amigo, el Espíritu Santo, era en realidad mi propio Yo Superior». Por lo tanto, lo importante es el contenido, no la forma o las palabras. Y mientras que Gary se refería al Yo Superior como una manera de enfatizar que el Espíritu Santo no es algo externo a nuestro propio ser, en el caso de Ken en esta P-763 lo que se está enfatizando es que el Yo Superior, tal como se le considera en determinadas tradiciones espirituales, no coincide exactamente con lo que en UCDM se llama Espíritu Santo))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions144.htm#Q763

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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