¿Son todos los egos conciencias separadas, o soy yo el único que existe, simplemente proyectando al resto?
P-725: ¿Son todos los egos pequeñas conciencias por derecho propio, o hay una sola mente/conciencia que sueña las diversas figuras del sueño, las cuales no tienen conciencia/sensibilidad por sí mismas? En otras palabras, ¿soy yo la única conciencia que existe y todas las personas y animales que veo son simplemente inertes, sin conciencia, ciegos, desprovistos de mente y sensibilidad como inertes recortes de cartulina en mi campo de visión los cuales he esbozado yo mismo y que no son conscientes en absoluto? ¿O es que soy yo quien les da su conciencia?
Respuesta: En la "realidad" de la mente dividida, hay un único soñador, el durmiente Hijo de Dios, en el cual reside la conciencia. Y su sueño es un solo sueño, un todo aparentemente complejo pero sin fisuras que abarca la totalidad del tiempo y del espacio. Pero con la defensa contra la culpa por la separación que hay en esta mente única —la aparente fragmentación en billones y billones de mentes aparentemente separadas— cada fragmento parece tener su propia "conciencia individual" (C.introd.1.4). Así que cada mente individual parece ser un soñador separado, que se identifica únicamente con determinada figura en concreto del sueño mayor, por coordenadas particulares del tiempo y del espacio ((es decir, en unas fechas y lugares en concreto)) —una estructura esencial con el fin de experimentar la victimización, el paso final de la línea de defensa del ego para preservarse a sí mismo. Este enfoque concreto y reducido es inmediatamente evidente si lo comparamos con nuestros sueños nocturnos, en los que nuestra mente se identifica únicamente con uno de los personajes, aunque el sueño entero, incluida la figura que pensamos que somos en el sueño, proviene de la mente dormida.
Así que no es sólo que todas las figuras del mundo son como recortes de cartulina sin conciencia ni vida, sino que también pasa lo mismo con el "yo" particular con el que mi mente se está identificando, ese que piensa que tiene ojos y un campo de visión. Ese "yo" no es diferente de los edificios, de los árboles, de los ríos, de las montañas ni de los granos de arena (T.28.IV.9.4). Todo en el mundo es una proyección de la única mente que está soñando, de manera parecida a como una película sobre una pantalla es una proyección de un único rollo de película corriendo a través del proyector. Incluso la animación de las figuras aparentemente separadas sobre la pantalla/en el mundo es un truco de la mente para hacer que lo que es un todo unitario sin vida parezca estar compuesto de múltiples figuras vivas y separadas. Una vez más, quizá sea más fácil reconocer que ninguna de las figuras de nuestros sueños nocturnos ((los sueños humanos de cama)) tiene conciencia, incluyendo la figura que pensamos que somos, y que la conciencia reside sólo en la mente que está dormida y soñando, pero esto es exactamente similar a la naturaleza de nuestro sueño de vigilia ((nuestra vida corporal "normal" en la dualidad)). No hay conciencia en ningún aspecto del sueño aparentemente separado, pero hay conciencia detrás de cada aspecto, tanto en los así llamados "animados" como en los denominados "inanimados" (o "inertes") ((es decir: no hay conciencia en los cuerpos, pero sí hay conciencia en las mentes simbolizadas por los cuerpos, siendo todas ellas fragmentos de la mente soñadora original. En este sentido, los cuerpos pueden convertirse, si los usamos con el Espíritu Santo, en una herramienta para poder comunicarnos con nuestros hermanos incluso en medio de nuestra zozobra de estar soñando. Relacionado: T.28.IV.3, que nos invita a no ver a nuestros hermanos como cuerpos o como seres limitados, sino como mentes que transcienden lo corporal)).
Aunque la experiencia de la conciencia individual es en realidad una egoica artimaña de la mente, puede servir a un propósito de mentalidad correcta. Pues implica que cada uno podemos aprender a elegir entre la manera del ego o la manera del Espíritu Santo de mirar al sueño, y que mi decisión no depende de lo que parezcan estar eligiendo los demás fragmentos de la mente. En otras palabras, ninguno de nosotros puede ser una víctima de las decisiones de mentalidad-errada de los demás. Así que, tal como Jesús repetidamente nos recuerda a lo largo de Un Curso de Milagros, nuestra única responsabilidad es aceptar la Expiación para nosotros mismos (por ejemplo, T.2.V.5.1; M.7.3.2).
Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions135.htm#Q725
Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html
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