miércoles, 20 de julio de 2016

Facimoutreach P-791

¿Por qué obtengo resultados tan mediocres, si trato de tomar las decisiones adecuadas?

P-791: A medida que vivimos nuestro día a día, nuestra mente crea eventos que cubren todos los posibles resultados que siguen a una situación con la que nos encontramos. Si los eventos son basados en el ego, entonces el Espíritu Santo "simultáneamente" crea eventos que son diametralmente opuestos a los que el ego ha creado. De todas estas posibilidades, el tomador de decisiones selecciona entonces un evento en particular para que lo experimentemos. ¿Cómo es que el tomador de decisiones puede escoger un evento que no nos trae felicidad? He tenido muchas situaciones en las que me he enfrentado a una decisión y decido que un escenario en particular es lo que quiero —pero no funciona como lo había imaginado. Sé que Un Curso de Milagros dice que no percibimos lo que realmente más nos conviene, pero en algunas situaciones no es difícil decidir sobre cuál es el resultado feliz, pero a menudo este no sucede.

Respuesta: ¡Me temo que el ego puede haberte embaucado! Pues la explicación del Curso de cómo los eventos parecen desplegarse y de cómo se toman las decisiones en nuestras vidas no es precisamente como tú has descrito. Y cuando escuches la explicación del Curso, es posible que consigas una mejor comprensión de por qué los resultados que crees que te harían feliz no siempre salen como esperas.

Primero de todo, una aclaración en la terminología. Jesús hace una distinción entre los verbos crear y fabricar (T.3.V.2), reservando el término crear para la actividad de extensión del Padre y el Hijo como espíritu en el Cielo. En el Curso, crear no tiene nada que ver con nada del mundo del tiempo/espacio. Fabricar ((o hacer, ya que el verbo inglés make se tradujo a veces también como hacer en la versión española de UCDM)) se utiliza para la actividad de la mente dividida, ya sea que venga del ego o del Espíritu Santo. La mente del ego fabrica (o crea falsamente) el mundo y todos los eventos de nuestras aparentes vidas, y el Espíritu Santo provee la corrección de todo ello (T.25.III.4.1-3; 5.1-3).

El Curso también enseña que el tiempo no es lineal y que todas las cosas que podrían ocurrir ya han ocurrido todas a la vez en la mente, en ese único instante profano (no-santo) en el que el pensamiento de la separación fue tomado en serio (T.26.V.3). Y lo que vemos como un acontecimiento nuevo y fresco es simplemente un pensamiento preexistente en la mente, esperando a ser seleccionado por el tomador de decisiones, proyectado exteriormente, y re-experimentado (L.158.4; M.2.2-3). Y para cada pensamiento basado en el ego, sustentado en la creencia en la separación y el ataque, el Espíritu Santo tiene la corrección, que no es un evento concreto en respuesta al error del ego, sino más bien una manera diferente de considerar el error del ego que básicamente dice: "Esto no es real. La separación y el ataque no tienen realidad".

Ahora la historia se pone interesante, a medida que descubrimos la motivación oculta del ego que explica por qué los eventos que elegimos dan lugar con tanta frecuencia a resultados diferentes de los resultados felices que habíamos esperado. El ego ha confeccionado su biblioteca entera de eventos posibles como una cortina de humo para ocultar el contenido subyacente que todos ellos comparten. Y ese contenido es la culpa por el pensamiento de la separación, que el ego dice que es nuestra por querer atacar al amor y tener algo diferente de la perfecta Unidad del Cielo.

El ego no quiere que veamos que, al elegir la separación, nos estamos excluyendo a nosotros mismos del amor y ya hemos tomado una decisión en favor de la infelicidad y el dolor. Esa decisión no podría tener ningún efecto en realidad (T.13.VIII.3.3-5), pero parece tenerlo debido a nuestra devoción a la creencia en la separación. En lugar de permitirnos aceptar la responsabilidad por el dolor y la infelicidad que vienen de haber elegido contra el amor, el ego quiere que veamos la causa de nuestra infelicidad en cualquier cosa que no sea nuestra propia decisión. Así que el pensamiento de la separación se fragmentó en todos los posibles eventos de todas las posibles vidas que podrían ser experimentadas por todos los posibles fragmentos de la mente dividida (T.18.I.4). Pero su contenido es siempre alguna representación de la limitación, la pérdida y la vacuidad, debido a su fuente/origen. Y por lo tanto las decisiones del ego siempre acaban produciendo cierta sensación de decepción (T.13.VII.3), la cual atribuimos a la situación o condición externa, en vez de atribuirla al pensamiento de separación en nuestra propia mente. Y ese es exactamente el propósito que le da el ego al mundo, que pensemos que el mundo nos está decepcionando —que somos su víctima— en vez de reconocer que los sentimientos y sensaciones de infelicidad provienen de nuestra propia oculta decisión interior (T.27.VIII.7-11).

Así que cada vez que pensamos que somos un cuerpo con necesidades, que es infeliz en nuestro actual estado, nos estamos identificando en nuestra mente con el pensamiento de separación del ego. Además, cada vez que pensamos que sabemos qué debe ocurrir en el mundo externo a nosotros mismos para que se cumplan nuestras necesidades y seamos felices, lo único que estamos haciendo es reforzar inconscientemente el pensamiento en nuestra mente de que estamos separados, lo cual es por definición un pensamiento de infelicidad. Y por lo tanto, siempre que nos ponemos a nosotros mismos a cargo de decidir o determinar lo que necesitamos para ser felices, estamos condenados al fracaso (T.12.V.8.1-5). Tal vez esto no parezca siempre así a corto plazo, pues el ego no es tonto y sabe que un programa de refuerzo intermitente, como en los premios de los juegos de azar o de las "máquinas tragaperras", es la manera más segura de conseguir un elevado nivel de participación ((seduciéndonos para que participemos en sus planes de locura)). Pero tarde o temprano el resultado tendrá que ser reconocido como infelicidad, pues los "premios" del ego son siempre temporales, y esto siempre lo sabemos en lo más profundo de nosotros.

Por eso Jesús nos invita en el Curso a que le ofrezcamos a él o al Espíritu Santo el control de nuestro pensamiento (por ejemplo, T.2.VI.1). Y esto no significa que les estamos dejando elegir los eventos de nuestras vidas. Más bien significa que estamos dispuestos a mirar con Sus ojos nuestra creencia en nuestro actual estado de necesidad, y darnos cuenta de que nuestra sensación de carencia no se debe a que hayamos perdido realmente algo —sea fuera o dentro de nosotros— sino que se debe a nuestra creencia errónea sobre nosotros mismos (T.4.IV.3). Y es para corregir esta falsa creencia para lo que necesitamos Su ayuda, en vez de abastecernos de algo externo para satisfacer la necesidad que percibimos. Una vez que hacemos este cambio de adoptar Su manera de percibir, es posible que, de hecho, experimentemos cambios en los sucesos externos de tal manera que podríamos creer que nuestra felicidad está siendo el resultado de haber conseguido lo que pensamos que queremos. Pero aquí es cuando tenemos que estar especialmente atentos, pues esto no es nada más que el truco del ego para traernos de regreso a su sistema de pensamiento de carencia y pérdida.

Así que cuando nuestra decisión en favor de lo que pensamos que queremos en el mundo parece decepcionarnos, es sólo porque hemos entregado de nuevo nuestro pensamiento a la agenda del ego. Y eso es siempre una decisión inconsciente por la infelicidad, proyectando la responsabilidad por esa infelicidad fuera de nuestra propia mente sobre eventos externos ante los que tenemos poco o ningún control. Y la buena noticia, por supuesto, es que nuestra felicidad no depende de nada externo a nosotros mismos, sino que siempre está disponible para nosotros a través simplemente de nuestra propia decisión de cambiar de maestros en nuestra mente (L.64.1,2,4,5,6).

El libro Una vasta ilusión, de Kenneth Wapnick, aborda muchos de estos temas (sobre el tomador de decisiones, la elección y el tiempo) en mayor profundidad. ((El título completo de ese libro es: A Vast Illusion: Time According to A Course in Miracles [Una vasta ilusión - El tiempo de acuerdo con Un Curso de Milagros], pero a día de hoy no está traducido al español))

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions151.htm#Q791

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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