miércoles, 27 de julio de 2016

Facimoutreach P-891

Cuando la vida va bien no estoy interesado en los principios del Curso

P-891: Me parece que sólo estoy dispuesto a mirar honestamente a mi sistema de pensamiento cuando las cosas están yendo mal. Cuando estoy confortable, cuando todo parece "ir bien con el mundo" o que todo va sobre ruedas, tengo muy poca motivación para llegar al tipo extraordinario de compromiso para cambiar que es necesario para aprender el Curso. Dicho esto, me siento como si en algún nivel hiciera mal las cosas en el mundo para así estar dispuesto a aprender. Pues cada vez que creo que el mundo es real (y obviamente estoy muy apegado a esta creencia), siento que estudiar Un Curso de Milagros es igual a molestias en la vida diaria. Intelectualmente me doy cuenta de que Jesús no está castigándome, pero ciertamente reacciono de esa manera. ¿Cómo me recomendaríais que piense de un modo diferente sobre esto?

Respuesta: Parte de la estratagema del ego para convencernos de que hay vida fuera del Cielo, y de que estamos disfrutándola, es formar una vasta colección de seductores sustitutos de la verdadera felicidad que es nuestra herencia como el inocente Hijo de Dios. Cuando todo parece "ir bien con el mundo", eso sólo puede deberse al placer fugaz de tener todas las necesidades del ego satisfactoriamente cubiertas. Tu experiencia de motivación vacilante para practicar el Curso es algo común. Mientras estemos satisfechos con una vida repleta de los agotadores esfuerzos por encontrar la "felicidad" que el ego ofrece, sólo para que se desvanezca sin previo aviso en un instante, no cambiarán nuestras mentes ni nos despertaremos del sueño. El ego hace un astuto trabajo para disfrazar y negar el dolor que impregna su sistema de pensamiento, motivo por el cual necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para descubrir la miseria que se encuentra oculta debajo de los "buenos tiempos" del ego.

Uno de los objetivos importantes del Curso es ayudarnos a ver el dolor inevitable e ineludible de identificarnos con el ego. Tal como Jesús nos dice en el Texto: «Cualquier cosa en este mundo que creas que es buena o valiosa, o que vale la pena luchar por ella, te puede hacer daño y lo hará. No porque tenga el poder de hacerlo, sino únicamente porque has negado que no es más que una ilusión, y le has otorgado realidad» (T.26.VI.1.1-2). El objetivo no es buscar hormigas en cada pícnic, sino no dejarnos engañar por el brillo carente de sentido (o vacío de significado) de lo que no nos satisface verdaderamente y ni siquiera existe. El ego nos quiere hacer creer que cuando las cosas son de color de rosa hemos encontrado un sustituto maravilloso del Cielo, y que cuando no son tan de color de rosa no es fallo nuestro: tiene que ser Dios castigándonos. De este modo, el ego nos mantiene yendo y viniendo de un lado al otro (de la "satisfacción" fugaz, a la decepción y echar las culpas a Dios o a alguien/algo). Y sólo para asegurarse de que no deja cabos sueltos y cubrirse las espaldas para que no haya escape posible, el ego astutamente afirma que la única manera de aprender el Curso es sufriendo molestias de un tipo u otro. Esto es un ejemplo del caso que ha planeado el ego "a prueba de todo" para descartar el Curso en conjunto (T.5.VI.10.6), o al menos para intentar retrasar el progreso al fortalecer la creencia de que el mundo es real. El Espíritu Santo utiliza todas las distinciones entre "días color de rosa" y "días grises" para enseñarnos que todos son lo mismo, ya que sirven igualmente como aula para practicar el perdón.

Jesús endereza nuestra interpretación invertida y vuelta del revés con la que miramos todo: «Tú que eres tan partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz y desdichado. El Espíritu Santo no puede enseñar sin este contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad» (T.14.II.1.2-3). En realidad no estás haciendo las cosas mal, pero estás viendo que el mundo no funciona bien como sustituto del Cielo, independientemente de lo convincente que parezca la historia del ego. Si eso sirve como motivación para seguir un camino que conduce fuera del sueño de la separación para así volver a nuestro verdadero hogar, un mal día adquiere un propósito muy útil y positivo. Y eso no es tan malo. De hecho, puede verse como una evidencia de que la mente ha decidido apartarse del ego para digirirse hacia el Espíritu Santo, lo cual da un final feliz a un mal día.

Lo que hace que la felicidad de este mundo sea aflicción es el hecho de que se terminará (por no mencionar que no es real en primer lugar), y lo que no dura no puede brindar felicidad. Jesús lleva esto un paso más allá: «Puedes estar completamente seguro de que todo lo que aparente ser felicidad y no es duradero es realmente miedo» (T.22.II.3.5). Esto significa que cuando pensamos que somos felices con algo de este mundo en realidad tenemos miedo, y cuando no estamos felices también tenemos miedo. Obviamente no sabemos qué es la felicidad. La única manera de ver esto de un modo diferente es aprender que nada de este mundo nos dará auténtica felicidad. Siempre que se percibe como deseable algo de este mundo, la aflicción es inevitable. Tener esto en cuenta nos proporcionará una motivación constante para practicar el perdón que nos llevará fuera de la pesadilla de la separación en la que nada va verdaderamente "bien". No es necesario que estemos totalmente libres de nuestras ideas erróneas sobre la felicidad y el dolor; es suficiente que estemos dispuestos a admitir que no sabemos qué nos hará felices. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, ya que la identidad con el cuerpo depende de tener la razón con respecto a lo que somos. Por eso la resistencia es tan grande y la motivación para aprender este Curso puede ser perezosa. Así que Jesús nos dice lo que necesitamos escuchar más que ninguna otra cosa: «Da un paso atrás ahora, maestro de Dios. Has estado equivocado. No señales el camino, pues has perdido el rumbo» (M.22.5.7-9; cursivas añadidas). Cuando todo parece "ir bien con el mundo", puede ser útil simplemente recordarte a ti mismo esto, sin tratar de cambiar nada. Esto abre sitio a la duda, la cual debilita la creencia de la versión del ego de lo que va bien o mal, de lo que es bueno o malo, y así se abre el camino para una interpretación diferente. Cuando se elimina el obstáculo del criterio de qué es "bueno" o "va bien" según el ego, el Espíritu Santo se revela.

Link original en inglés: http://www.facimoutreach.org/qa/questions/questions177.htm#Q891

Índice de las P&R traducidas: http://hablemosdeucdm.blogspot.com/2015/11/indice-de-traducciones-de-p-de.html

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